Desde 2015, la Misión de Observación Electoral (MOE), con base en la información suministrada por la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC), ha realizado un monitoreo continuo del comportamiento de la inscripción de cédulas por cambio de residencia en todos los municipios del país. Esta información, analizada y publicada en informes mensuales, permite identificar patrones atípicos y emitir alertas tempranas dirigidas a las autoridades, campañas y ciudadanía en general, sobre posibles riesgos asociados a este proceso.

Para las elecciones de 2026, la MOE no ha contado con el acceso directo a las plataformas de la RNEC que históricamente permitían consultar en tiempo real las inscripciones por puesto de votación. Si bien se ha recibido información agregada por departamento y municipio en formatos procesables, la falta de acceso a datos desagregados y actualizados de manera continua limita la capacidad de monitoreo independiente y la generación oportuna de alertas. Esta limitación ya se había presentado en los comicios nacionales de 2022, representando un retroceso respecto de los avances alcanzados en ejercicios de observación anteriores.

En este contexto, se han sostenido comunicaciones periódicas con la Dirección de Censo Electoral de la RNEC para solicitar el acceso oportuno a la información, requerimientos que han sido atendidos por la entidad. Sin embargo, depender exclusivamente de requerimientos para acceder a los datos representa un retroceso en términos de transparencia y acceso a la información, especialmente en comparación con los mecanismos de consulta directa habilitados en procesos previos. Adicionalmente, la disponibilidad únicamente de datos agregados a nivel municipal impide realizar análisis territoriales de mayor granularidad y dificulta la identificación de patrones específicos por puesto de votación.

Cabe destacar que los informes elaborados por la MOE han contribuido a que el Gobierno, la Organización Electoral, las campañas y los entes de control adopten medidas frente a los riesgos derivados de inscripciones atípicas por cambio de residencia. En este sentido, resulta fundamental asegurar el acceso permanente a información desagregada y fortalecer las condiciones para su análisis técnico, elementos clave para la prevención, identificación y mitigación de estas situaciones.

Con base en la información disponible, la MOE presenta su análisis del comportamiento de las tasas de inscripción de cédulas por cambio de lugar de votación, a partir de un ejercicio estadístico comparativo entre todos los municipios del país. Esta tasa se calcula dividiendo el número de ciudadanos inscritos en cada municipio (según cifras de la RNEC) sobre la población proyectada por el DANE (según el Censo 2018) ^[1], multiplicado el resultado por mil:

Este indicador permite conocer cuántos ciudadanos han solicitado el cambio de su lugar de votación hacia un municipio determinado por cada mil habitantes, lo cual facilita la comparación entre territorios, a pesar de sus diferencias demográficas. Niveles atípicamente altos de esta tasa pueden ser indicativos de posibles irregularidades, ya que el motivo principal para inscribir la cédula debe ser el cambio efectivo de residencia. Sin embargo, la mayoría de los municipios no registran flujos migratorios internos o externos significativos que justifiquen variaciones abruptas en la inscripción.

Es importante tener en cuenta que los ciudadanos que expiden su cédula por primera vez son inscritos automáticamente en el censo electoral en un puesto cercano a su residencia, por lo que las inscripciones por cambio de residencia se refieren únicamente a quienes, estando previamente registrados para votar, solicitan un traslado a otro lugar de votación.

La tasa de inscripción de cédulas constituye un indicador clave para la detección de fenómenos como “trashumancia electoral”, y, en escenarios más complejos, puede estar asociada a conductas delictivas como el fraude en la inscripción de cédulas, y prácticas de zonificación mediadas por tráfico de votos, compra de votos o constreñimiento al elector.

^[1] Se utiliza la población proyectada por el DANE como base de cálculo en lugar del censo electoral, ya que estas proyecciones no se ven alteradas por dinámicas propias del censo electoral, como las variaciones por inscripciones de cédulas o los movimientos de población asociados a miembros de la fuerza pública o personas privadas de la libertad. Además, las proyecciones del DANE corresponden al mismo año del análisis, lo que garantiza mayor coherencia temporal con el periodo de inscripciones evaluado. No obstante, en las tablas siguientes también se presenta la tasa calculada con base en el último censo electoral disponible, y los resultados del análisis no presentan variaciones significativas.

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