“Veremos el efecto real de las redes sociales en las elecciones locales”: Alejandra Barrios
Alejandra Barrios destaca que uno de los mayores problemas en las regionales es el riesgo de asonadas.Cristian Garavito - El Espectador
Ene 9, 2019

Entrevista completa de El Espectador a la directora de la MOE, Alejandra Barrios Cabrera, sobre los retos de las elecciones de autoridades locales de este año.

Entrevista completa fuente El Espectador

El 2019 es un año electoral. ¿Cómo se prepara el control por parte de la MOE?

Estamos trabajando en dos grandes autopistas. La primera es un telón de fondo que podría terminar aceptando las próximas elecciones y tiene que ver con el proceso de debate de la reforma política y la posibilidad de modificar reglas del juego que podrían afectar las siguientes elecciones. De manera completamente objetiva, es muy difícil que eso pase por el calendario electoral. Las elecciones ya empezaron y ya hay recolección de firmas desde el año pasado. Obviamente tenemos unas internas abiertas o cerradas, como se decida en mayo, y eso significa que ya hay una definición de precandidaturas cuando uno de los temas centrales que modificarían todo son las listas cerradas.

¿Ya empezó el proceso de observación?

La MOE está observando desde el año pasado. Sabemos, por experiencia, que estas son elecciones muchísimo más complicadas y reñidas que las elecciones a Congreso y las presidenciales. Estamos hablando de aproximadamente 113.000 candidatos que pueden ir a la competencia electoral y se eligen alrededor de 14.000 funcionarios. Se juega el poder político en cada uno de los municipios y departamentos, que realmente es el más importante porque lleva a la reconfiguración política del país.

¿Qué se juega en estas elecciones?

Hay tensiones visibles desde el último proceso electoral. Hay una disputa absolutamente clara de partidos como el Centro Democrático, que irá con todo para la construcción del poder local, la Alianza Verde y las organizaciones políticas y movimientos significativos de ciudadanos del centro hacia la izquierda. Está la expectativa frente a lo que pasa con Colombia Humana y la disputa política de grandes capitales, que es lo que termina configurando el próximo proceso electoral.

¿En qué ciudades será más fuerte el pulso?

Bogotá va a ser uno de los escenarios de esa disputa política. Medellín y Cali, otros. En Barranquilla se ve mucho más claro cómo puede ser esa disputa por el poder, por lo que hay una fuerte presencia de la casa Char, pero en otras capitales será diferente. Bogotá será el escenario de gladiadores por excelencia. En Cali se ha visto una fuerte participación del sector empresarial y de movimientos independientes, entonces hay que ver cómo se da ese proceso electoral, porque el suroccidente del país se está volviendo muy fuerte para los movimientos alternativos o de centro y centro izquierda. También estará un nuevo actor político, que es la FARC, que si bien no tuvo resultados importante en este proceso electoral, ahora se va a ver qué tanto logra hacer alianzas en lo local y tener presencia en los territorios.

¿Y cómo se percibe el proceso con los entornos de violencia que persisten?

Ese es otro punto, el asesinato de líderes sociales. Muchos de esos líderes que han asesinado pudieron haber sido candidatos de sectores sociales o de centro-izquierda e izquierda de las regiones del suroccidente, y eso está completamente fuera de control.

¿Qué zonas del país tienen más riesgos para la actividad política?

Si uno ve el mapa, son aquellas en donde se ha concentrado el conflicto: Cauca, Valle del Cauca y Nariño. Vemos con mucho cuidado el cordón que atraviesa desde el Catatumbo, llegando a Antioquia, hasta salir al golfo de Urabá. En el seguimiento sobre cómo se comportan las candidaturas en esas zonas, pasa por el respeto al derecho a la vida, por grupos armados ilegales, que, además, no tienen control porque están atomizados, no se puede hablar de estructuras armadas. Y no solo por las disidencias de las Farc sino por la aparición de grupos que se autodenominan paramilitares, como en Córdoba y Cesar.

¿Y cómo sería el despliegue de los observadores teniendo en cuenta los factores de violencia?

Al momento de la elaboración de los mapas de riesgo electoral, definimos cuáles son las zonas donde la MOE tendrá atención prioritaria, con un análisis de seguridad, obviamente. La MOE siempre hace presencia en los municipios donde hay mayor riesgo de seguridad para los candidatos, afectaciones de seguridad para la sociedad civil y presencia de grupos armados. Es ahí donde hacemos el esfuerzo por tener mayor presencia, no tanto en las capitales, donde todo es más visible.

Respecto a las disidencias de las Farc, ¿qué se pudo observar en las elecciones a Congreso que se pueda replicar en las regionales?

Las elecciones a Congreso no solo estuvieron cruzadas por los asesinatos y amedrantamientos a organizaciones sociales, sino la presencia efectiva de organizaciones armadas que afectaban a las comunidades. El día de las elecciones no tuvimos hechos de violencia por parte de grupos armados ilegales, pero cuando tienes un tema de incremento de cultivos ilícitos, eso te funciona como el mercado de valores. Si tienes una gran producción significa que tienes mayores ingresos en dólares. Con un dólar alto tienes la financiación de la guerra.

Se han hecho ejercicios de acompañamiento de las urnas desde el lugar de votación hasta el lugar de los escrutinios. ¿Se implementará esa misma práctica?

Siempre que lo soliciten organizaciones políticas y lo autorice la organización electoral, nosotros organizamos ese acompañamiento. Porque, además, hay otro fenómeno en las elecciones locales, que se caracterizan por las asonadas. Cuando un candidato o sus simpatizantes ven que va perdiendo, o cuando gana uno y los demás no aceptan, lo que se ve es el intento de incendio de las urnas, de romper los votos, y eso ha llevado a que se repitan elecciones. Para nosotros esa es una medida que da garantías a los ciudadanos cuando había problemas de credibilidad frente al resguardo de las urnas. Eso lo hemos hecho en Cartagena, en Antioquia, en Barrancabermeja y en municipios donde aseguran que no confían si no va alguien de la MOE a cuidar los votos.

¿Y cómo evitar al máximo esas manifestaciones de violencia?

Se tiene que avanzar en un preconteo muy rápido de votos, con imágenes digitalizadas de los formularios. No obstante todas las recomendaciones que hemos pedido para que se hagan imágenes digitalizadas de los formularios que tienen valor jurídico, hasta ahora la Registraduría no ha tomado esa decisión y no ha avanzado en ese sentido, pero eso nos evitaría elecciones atípicas y los ciudadanos podrían tener rápidamente la certeza de los votos que estaban en cada urna. Es una de las soluciones más fáciles que hay.

Pensamos que el ambiente de polarización en el país terminaría con las presidenciales, pero sigue. ¿Qué se puede prever para las regionales?

Esta es la primera vez en Colombia que podremos ver el efecto real de las redes sociales en las elecciones locales. Cuando tienes un grupo de candidatos a la Presidencia, no importa si son más de 10, hay unos focos centralizados y es mucho más fácil armar comunidades para atacar o defender. Nuestra hipótesis, con la que se va a armar el seguimiento en las locales, es que va ser más difícil hacer el monitoreo porque creemos que se moverá más por Whatsapp. ¿Qué tanto efecto puede tener un tuit en un municipio lejano? El mayor impacto está en Whatsapp, porque es con tus grupos y con tus listas de amigos. El problema es que es una red privada, no tienes forma de controlar porque no es visible.

En las elecciones de Congreso hubo denuncias sobre irregularidades en la escogencia de testigos electorales en las bases de datos que se cruzaban entre empresas y Registraduría. ¿Qué vigilancia hay sobre ese tema?

Aquí sí creo que vale la pena un reconocimiento de la Registraduría Nacional del Estado Civil. A diferencia de otros procesos electorales, desde el año pasado empezamos a hacer reuniones con los partidos políticos para hablar específicamente de la conformación de las bases de los jurados de votación. El año pasado la Registraduría nos dio acceso para hacer los análisis de comparación, y esa información se la entregamos a la Fiscalía. En cuanto al software y sobre lo que vamos a poder tener acceso, ya empezamos a trabajar desde el año pasado para ser más eficientes y poder entregar esta información más rápido a la Fiscalía. En cuanto a los testigos electorales, estamos tratando de manera conjunta que los partidos políticos puedan tener de manera adecuada testigos electorales, se puedan hacer modificaciones a los software, tener mejores niveles de conformación de las listas y la Registraduría ha sido muy abierta en ese sentido. Esperamos que las recomendaciones se traduzcan en decisiones efectivas y lo sabremos cuando la Registraduría nos presente el software final.

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